JEHU

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AT THE END--

lunes, 20 de octubre de 2008

Dias Felices

Mi nombre es José María, tengo 26 años, no soy un tipo mal parecido, encantador y vanidoso casi siempre, educado y gentil de vez en cuando, aburrido y conflictivo cuando me da la gana. Como todas las personas tengo virtudes y defectos, me gusta comer, comprar, pasear, beber, fumar y algunas veces tener sexo. Suelo ser vulgarmente mentiroso, es algo que no me sale muy bien, a menos que actue y bueno eso ya no seria una torpe mentira, sino una genial actuación.
Mi vida transcurre diariamente entre el trabajo y la casa de mi madre. Me levanto muy temprano, y viajo por interminables 120 minutos para llegar a mi trabajo, el viaje en el bus es insoportable e insostenible, suelo toparme con tipos apestosos y soeces, con mujeres que gritan mas que yo, con simples charlatanes, con ambulantes vendedores y ex convictos peligrosos, con estudiantes impetuosos y si por algún descuido del señor; alguna bella señorita. (Esto casi nunca).
No tengo horarios para llegar al trabajo, así que felizmente ese no es un problema, mi ritual monótono y sencillo, es saludar a todos conforme los voy viendo. Buenos días tu, buenos días… buenos días tu también… así hasta que me aburro. ¡Malditas reglas de cortesía! Seria mas fácil saludar solo a aquellas personas que te agradan, así nos evitaríamos la molestia de verles la cara a la gran mayoría. ¡De cada 100 solo me agradan dos!
Una vez instalado en mi escritorio, entro al MSN, siempre en no conectado, me gusta ver, no que me vean, antes que a alguna pagina relacionada al trabajo, veo si hay alguien interesante, si no lo hay, lo cierro inmediatamente y comienzo a hacer las cosas para hoy porque no las pude hacer ayer. Como a las diez de la mañana, mando a Felipe que me compre un yogurt y unas picaras, o un jugo, lo que haya, a veces tengo mas hambre y va a la panadería por algún sándwich. Aquí en el trabajo felizmente hay una maquina para hacer café, del cual me he declarado ya; un adicto pernicioso y sugerente. Si no hay café, me preparo un te jazmín, el cual recuerdo haberlo probado por vez primera en Cartagena y me encanto, es una mezcla de hierbas y flores chinas. Realmente delicioso al paladar mas exigente y suave.
Trabajo, mas trabajo y aun mas trabajo.
Asi como no tengo horario de entrada (odiaría marcar tarjeta), tampoco lo tengo para ir a almorzar. Mi almuerzo, por asi decirlo es todo un reto, no tengo variedad, y los restaurantes cercanos son infelizmente desagradables, no soportaría ir todos los días a KFC o a Pizza Hut o alguno de esos huecos de comida rápida, en los cuales me siento atendido por robots, que para mi ya son el exceso de la cortesía… Buenos días señor, en que puedo atenderlo… le gustaría agregar… ha sido un gusto atenderlo… muchas gracias… mi nombre es Robot 1024 y estoy para servirlo, las mismas frases estúpidas para todos los comensales, particularmente prefiero algo mas personal, sino fuera asi, buscaría algún dispensador de hamburguesas, ingresaría unas monedas y retiraría mi hamburguesa, sin tener que verle la cara a nadie. Recientemente he encontrado un restaurancillo, muy cercano al trabajo y que por solo doce soles, almuerzo mal que bien, lo prefiero por cercano mas que por bueno, y también porque la mesera es una niña muy linda (tiene 21 años, por si acaso), cuando la vi por vez primera me sorprendió encontrarla ahí, pero hace unos días note que no se había depilado muy bien, ahí debajo de sus brazos, lo cual me causo un desagrado terrible y una repulsión cada vez que la veo. Total, lo que me interesa es lo que hay en la mesa, no la mesera.
Trabajo, trabajo en el trabajo, trabajo con el trabajo,
Hoy he tenido que atender a una mujer que venia a ofrecerse y a ofrecer su empresa. Regularmente programo mis reuniones de trabajo por las tardes, y esta no ha sido la excepción, cuando me avisaron que había llegado, pensé lo de siempre; ¿como será?, he conocido cientos de mujeres a las cuales he imaginado diferentes cada vez que hablaba por teléfono, y me he llevado fiascos enormes cuando las he conocido, aunque debo admitir que en mas de una ocasión he tenido gratas sorpresas. Actualmente no me hago grandes ilusiones, espero que vengan, las atiendo y ya ni las acompaño a la puerta, me he dado cuenta de que ahora prefiero que sean hombres. Daniela, que asi se llamaba la chica, fue amable y halagadora, trataba por todos los medios de hacerme sentir bien, y de mostrase bien al mismo tiempo. Ella era alta, de unos 25 años o tal vez menos, no me fije bien pero tenia unos senos grandes, los cuales buscaba resaltar con el escote que había traído, me imagino que no venia por mi, aunque si venia por cerrar un buen contrato. Igual, en la guerra, en el amor y en los negocios todo vale. (Lastima, esta vez no pudo convencerme).
¡No tengo horario de entrada, no tengo horario de salida!
Por la noche cuando llego a casa, me entretengo una hora tocando el violín, es mi última aventura musical, después voy a la cama y espero que mi madre me lleve la cena, me encanta comer en la cama. Veo poca televisión, porque me duermo pronto y raramente encuentro algo bueno. Me quito toda la ropa para poder dormir mejor y asi acaba un día cualquiera de mi vida.
…. continuara