No es mas sincero aquel que dice una verdad a medias en relación a aquel que dice una mentira, desde luego no juzgo la causa sino el hecho, dos cosas tan distintas como disgregantes, alguna vez comentando con mi novia sobre diversos temas, me miro a los ojos y me pregunto: ¿cuantas veces me has engañado?, yo quede estupefacto y desde luego no me vino ninguna idea a la cabeza o peor aun no supe que responderle, serle sincero o ocultar la verdad, yo estaba empezando a sudar cuando me dijo, parece que no me quieres decir la mentira que tienes en mente. Sonreí temerosamente como si ella ya supiera la verdad y mientras ensayaba alguna respuesta rápida y concisa, que refutara todas sus insinuaciones, ella me dio la espalda y mirando hacia el cielo, pero sin inmutarse me dijo, se que me has engañado aunque te cueste decirlo, yo sin embargo te voy a ser sincera.
Empecé a sentir miedo de su sinceridad, realmente quería saber; lo que ella estaba a punto de contarme, me preguntaba internamente que era lo que ella buscaba conseguir con eso y las dudas venían a mi mente. Claudia, que es la mejor amiga de mi madre, me dijo alguna vez que no buscara nunca lo que no quisiera encontrar, y vaya que en ese momento quería decirle que no me interesaba lo que ella dijera, sin embargo, ella volteo, miro directamente mis ojos y me dijo: yo te he engañado tres veces y las tres han sido con Pablo, quien es uno de tus mejores amigos, no lo quiero, sin embargo me gusta y solamente lo bese por la atracción extraña que sentía hacia el, la cual podría describirla con una sola palabra: Desatención (de tu parte, esto no me lo dijo pero lo pude leer en su mente, cuestión que días después comprobé).
Ahora dime, ¿cuantas veces me has engañado? – volvió a repetirme, ninguna le dije, y me sentí culpable de no haberla engañado, aunque en el fondo me sentía mal por estarle mintiendo, y de eso tanto Sofía como Daniela tenían conocimiento, lo realmente importante estaba por ocurrir, cuando sentí que ella estaba llorando. Cogio mi mano delicadamente y susurro algo que no entendí, pero que luego repitió con una firmeza inimaginable y una dulzura encantadora: tan solo esperaba que me dijeras la verdad, se que Sofía y Daniela tuvieron lo que siempre tuve de ti, pero desee con toda mi fuerza que dijeras que eran solo un pasatiempo y que en el fondo de tu corazón me amabas solo a mi, sin embargo me has mentido y eso es algo que no puedo perdonar, ni aun así por lo mucho que te quiera, siento mucho haberte desilusionado con mi verdad, pero tu me has desilusionado aun mas con tu mentira; yo quería ser sincera contigo para que no sufrieras después, tu me ocultabas algo con lo cual no podría vivir. Yo la deje llorando (y me fui llorando también).
Tiempo después me la cruce en alguna calle de San Andres, lugar por donde nos conocimos de niños y se me acerco, me dio un beso en la boca, me susurro algo que si entendí (TE AMO), y nunca mas la volví a ver.
